Si
hay algo que caracteriza a todas las posguerras es la pobreza, la
miseria… y España no fue un caso distinto. Quedo un país destrozado
tanto a nivel de infraestructuras, como humano. Las familias eran
generalmente numerosas, lo cual agravaba las dificultades. La economía
era de subsistencia basada principalmente en la agricultura, (con minifundios
en el norte y latifundios en el sur de la península). En nuestra familia
mi abuela tenía cuatro hermanos y mi abuelo seis. Mi abuelo, en los
años cuarenta trabajaba en la tierra que tenian sus padres, y mi abuela, como la
mayoría de las mujeres de esa época trabajaba en “sus labores” (asi se
llamaba trabajar en las cosas de la casa) y en la época de recogida de
cereales, en el campo.
Mi
abuelo murió en el año 2005 hace ya once años. A veces me acuerdo de
él. Mi abuela, que se llama Josefa (Pepa), nació en el año 1927 (pero
como ella dice del 27 solo tiene 15 dias), ahora tiene 88 años.
Mario.- Abuela ¿Cómo recuerdas la posguerra?
Pepa.-
Con tristeza. Yo tenía 12 años cuando termino la guerra y recuerdo que
como yo era la más pequeña me mandaban al rio a lavar y a Vélez-Blanco a
por pan, y tardaba más de dos horas en ir y volver.
Mario.- ¿Cómo conociste al abuelo?Pepa.- Cuando vino de la mili en el año 45. Era guapísimo y muy trabajador. Nos casamos muy pronto, yo no había cumplido aún los 20 años.
Pepa.-
Teníamos que ir a lavar al lavadero público y era penoso, al volver
cargada con la ropa húmeda, sobre todo cuando lavabas las mantas.
Siempre tenía que dar un par de viajes. Las calles estaban sin asfalto y
no había aceras, tampoco había coches ni motos. Todo se hacía a mano y
con gran esfuerzo. Imagínate cuando nevaba - que en aquella época lo
hacía varias veces en el invierno - lo que era tener que lavar con el
agua muy fría.
Mario.- ¿Dónde comprabais?
Pepa.- Hay Mario cariño, comprar, no había tiendas, ni supermercados, ni bares ni restaurantes, ni hoteles, ni gasolineras, ni luz eléctrica muchos días, solo había una posada que daba cobijo a los arrieros que, como sabes luego, la compramos y montamos el bar, y todo empezó a ir mejor para nosotros.
Pepa.- Hay Mario cariño, comprar, no había tiendas, ni supermercados, ni bares ni restaurantes, ni hoteles, ni gasolineras, ni luz eléctrica muchos días, solo había una posada que daba cobijo a los arrieros que, como sabes luego, la compramos y montamos el bar, y todo empezó a ir mejor para nosotros.
Mario.- ¿Qué comíais?
Pepa.- Teníamos gallinas, conejos, cerdos, palomas, que criábamos nosotros en el cortijo y alimentábamos con lo que sembrábamos en el campo: cereales, alfalfa… entonces no había piensos.
Pepa.- Teníamos gallinas, conejos, cerdos, palomas, que criábamos nosotros en el cortijo y alimentábamos con lo que sembrábamos en el campo: cereales, alfalfa… entonces no había piensos.
Mario.- ¿Os aburríais?